SUBIENDO
Él llegaba cada día,
al rayar el alba.
Al rayar el alba,
ya estaba ella, allí.
Falda negra, blusa blanca,
busto tenso sobre la ideal
baranda, que imaginaba.
Al amanecer, del seno
de la noche, Él llegaba
pelo negro, ojos garzos.
Ella, falda negra, blusa blanca.
Esperando en una luna
de miel y rizos de plata.
Te he soñado, a la madrugada:
Bucles sobre la frente bella.
Como el día atardecido.
Mi corazón te da el alma.
Cantan las aves tu belleza;
Amada. Mi vida en tu seno,
será como sol en la mañana.
Alicia Garrido
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