T Ú
S E R A S . . . . . . .
Haré un camino corto
de tu corazón al mío.
Sin semáforos, sin gente
seré lluvia fresca, limpia,
para tu río.
Y Tú me llevaras
de paseo a la mar: Tu cuna...
Y al cielo mío, para
soñar.
Serás flor en el estío,
rocío que refresque,
al amanecer, mi despertar.
Quiero ser hogaza de pan
para las manos vacías.
Quisiera, (pero no me dejarás)
morir en la tortura,
¡que ya nadie sufra más!
Cuando no puedan ni hablar,
yo seré palabra divina
y la dirán tantos que
mueren,
(que morirán) sin nadie,
que los salve de esa ferocidad.
Ser vaso de agua fresca
para los emigrantes del mar.
Ser amor para los presos,
del vicio, sin amor y sin hogar.
Y al fin, llover mis lágrimas,
junto contigo en la mar.
Soltaremos tus tormentas.
Con tu río, con mi llanto.
Limpiaremos la tierra,
De tanto mal como
hay.
Sor
Alicia María de Jesús
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