martes, 9 de septiembre de 2014

Poesía 26


NAZARENA


¡Nazarena, Nazarena!,
la de los pies sin calzar,
la de la cara morena.

Tus raíces, ya en la pena,
florecen agua de mar;
y hay rocío y hay pesar,
sobre tu  cara  morena.

Tú corazón ya en el aire,
por siete heridas sangrando,
¡ay, de tan duro quebranto!
¡Madre del llanto amargo!
¡del Nazareno, Nazarena!

¿Quien es esa mano loca,
que a silencio te condena?

¿Para ti solo hubo hiel,
y se te negó el suspiro?
Dime tú con qué cadena,
lograron sellar tu boca.

Clavada en cruz te miro.
En cruz estás, cómo Él.

¡Nazarena!   ¡Nazarena!
la de los pies sin calzar,
la de la cara morena.

Fluye a tus labios la vena,
ya rota, de tanto amar.

¡Ya podéis desenclavar,
soldados, a la Azucena!,
que ya está seca la mar,
y los ríos son desiertos;
su corazón está muerto...


¡¡¡Vamos a resucitar!!!

Sor Alicia Mª

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